martes, 23 de febrero de 2010

Ribetes necrosados




En un patio de parrones e higueras suena y resuena el serrucho
De filo tan delgado como el que separa la justicia de la infamia
Su hoja cortante cautiva mi esperanza panorámica
Tan tersa, tan flexible como sanguinaria terca

Hordas de fehacientes corpúsculos rojos se amalgaman con el acero
Mi mano incauta acerca sus intenciones al témpano gris
Pero el serrucho insensible, sigue envistiendo a los maderos
Mi dedo se posa como mariposa en un tablón maltrecho

Al serrucho poco le importa la caída del ingenuo
Ahora carnívoro deja escindido al dedo en polos adversos
La mariposa se ha marchitado, sólo se observa el triciclo
Entre alaridos pavorosos todos corren y yo me callo mientras
Escribo con el dedo en la cara de mi padre difamando silente

El serrucho cayó abatido por el brazo de su invocador
Mi mano ensangrentada serena mira metamórfica
El dedo ya no es más que un par de hermanos irreconciliables
Putrefactos evasores del averno quieren volverse nobles

Todos me acompañan en la hora sangrante, siempre y nunca
Para decirle adiós a mis carnes afiebradas que se oxidan
luego de cubrirse con el manto sarroso el agonizante índice
Dándole el parte de defunción por adelantado
Necrótico y digno de antropofagia unánime


Mi dedo nostálgico pide deforme que mañana sea ayer
El caos rodea el enrarecido aire circundante al índice
Moscas y lombrices abundan cobijadas por el vendaje ígneo
Mi extensión póstuma duerme con el enemigo
Hoy ha muerto en mí la fastuosa curiosidad.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

chan...

bcm este....un argumento simple y el texto genial...

voy a buscar un poema tuyo q no me guste jeje

nani