NINGUNEADO SIN FRONTERAS:

Me transformé en un fulano sin noción ni nación,
sin fronteras ni escapulario,
desconectado de las luces,
desconociendo el rostro del gentío imperturbable y monótono

Saludé  el horizonte con mi cuota de sentimentalismos
y su peso en tiempo Embelesándome con máximas durante el precioso éxodo
Me marché para volver e irme,

 para penar ante la eternidad desde las sombras como un fómor

domiacas anfibias, del inmundano

y sumergido reino de ojos ponzoñosos y de memoria  pagana

Avisé  como mensajero de los dioses  sin dios ni luz por engañosa y reactiva de colores cambiantes que desde el eclipse último arrecia
la  última palabra para el advenimiento del caos.

El "que pregunta" siempre le toca
y con el gran espejo de la consciencia,  las lagunas de ébano se encuentran cuando ya el agua

te ha llegado al cuello
apesadumbrada, trocada por diáfanas desaguadas por los vergeles

y  magullado, exonerado vasallo y vástago

Verás a penas en la penumbra,

  Bardos  capellanes que son un hatillo mimético  de “Don Father”

 Un cortesano por antonomasia

Y me quedo en la oscuridad final
con un pie en la luz eterna,

 con un ojo abierto y el otro cerrado cambiando las ropas del pasado,
atiborrando mi boca...
con terrores de dulzor,
alentándome a continuar cortando el cableado,
desbaratando las criptas de los profetas y su dogma lacerante,

Apagando velas, para que el mundo y sus espuelas oscurecidos totalmente,
se reconozcan tocándose las caras

Como no pudieron  con la luz.