viernes, 10 de abril de 2009

borrando el arena


Me esfumé por un letargo abismal
mas que me parecía interminable,
como un relój de arena
en donde los granos de arena

las arenas del tiempo
se aglutinan por inercia
al avance de la invención de la manera burda,
de la mecanización y alienación y cooptan
los espacios de libertad del ser cualquiera.

Me transformé en un fulano sin noción ni nación,
sin fronteras ni escapulario,
desconectado de las luces de la realidad,
desconociendo el rostro del gentío imperturbable y monótono,
saludando el horizonte de mi cuota de sentimentalismos
y el peso del tiempo de embelesarme entre rimas y máximas.

Me marché para volver e irme,
pero para penar ante la eternidad desde las sombras como un fómor
de ojos ponzoñosos y de memoria de origen pagano
que avisa sin perpetrar la luz engañosa y reactiva de colores cambiantes,
que desde el eclipse último arrecia
con una última palabra de advenimiento del caos.


el "Que pregunta"
les sugiere un cambio de mentalidad
y que con el gran espejo de la consciencia
de las lagunas de ébano se encuentren;
apesadumbrados, trocados, magullados, exonerados,
vasallos y vástagos, bardos y capellánes
todos de modelos de “don pater”, un cortesano por antonomasia.

Me quedo en la oscuridad final
con un pie en la luz eterna, con un ojo abierto
y el otro cerrado cambiando las ropas del pasado,
atiborrando mi boca ...
con terrones de dulzor inverosimil,
para darme alientos para seguir


desde la penumbra cortando el cableado,
desbaratando las criptas separatistas,
el dogma lascerante y apagando velas,
para que el mundo una vez oscuro,
se encuentre como no pudo con la luz.